Motor de arranque: Nos vemos en 2064

La primera vez que fui a España, a principios de la primera década se este milenio, aún se percibían los resquicios de un país que vivió casi 40 años bajo de la dictadura de Franco, que solo acabó con su muerte en 1975.

Los precios aún se marcaban en euros y pesetas. Las calles y edificios aún se remodelaban para encajar en el nivel de desarrollo requerido por la Unión Europea. Hoy los restaurantes aún huelen a cigarro y algunos callejones a desechos humanos líquidos, pero la belleza, limpieza y orden abren espacio a velocidad del Ave, el tren rápido que une a sus grandes urbes. También en la adopción de los autos eléctricos pasa lo mismo.

En 2021, alrededor de 2.6% de los españoles que compraron un auto nuevo se decidieron por un eléctrico. Fue un aumento de 36% comparado al año anterior y esa velocidad de adopción debe ir en aumento. En Alemania, el país más poderoso y desarrollado de la UE, 13.6% de los vehículos vendidos en 2021 fueron eléctricos. Y si sumamos los 12.4% de Plug In Hybrids vendidos el año pasado en ese país, esto significa que 26% del mercado alemán de autos nuevos ya puede moverse sin depender de un motor de combustión interna, al menos parcialmente. El crecimiento de ventas de autos eléctricos en Alemania en 2021 fue de impresionantes 83%, y más en un mercado cuyas ventas totales cayeron más de 10%. En ese país ya se estima en cerca de un millón de vehículos la cantidad total de eléctricos en circulación. Con la guerra entre Rusia y Ucrania y el aumento de los precios del petróleo, ya se piensa acelerar el proceso de transición hacia los autos eléctricos que debería completarse en 2040, para 2035. Puede ser. Y después de cerca de una semana conviviendo con un eléctrico alemán en España, veo que se puede vivir con uno, pero aún falta.

Vida compartida

El Volkswagen ID.4 es un crossover eléctrico de la firma teutona, diseñado para ser una opción familiar para hasta cinco personas. Por eso su autonomía teórica es de 500 kilómetros, aunque cuando lo recibí, con la batería completamente cargada, marcaba una distancia máxima alcanzable de 369 kilómetros. En la práctica esto es suficiente para un manejo urbano diario, cargando una o dos veces por semana. Con la electricidad de 220V como la de Madrid, el ID.4 se puede cargar en 7.5 horas en la casa del consumidor. Cargar en casa es fundamental para los autos eléctricos, porque la velocidad de carga aún no es rápida lo suficiente, en la gran mayoría de los casos, como para permitir que una familia use un eléctrico como su único vehículo, para ciudad y carretera. Una vez adquirido el hábito de cargar tu auto llegando a tu casa, es posible convivir con él sin mayor problema, ya que incluso cuando se hagan desviaciones significativas en el camino, la autonomía es suficiente para esto, incluso para viajes cortos, de 100 kilómetros o menos de distancia.

Para ir a Barcelona, o de CDMX a Guadalajara, por ejemplo, se necesita otro auto, que tenga al menos el apoyo de un motor de combustión como un Plug In Hybrid (PHEV). Eso porque los cargadores públicos ultra rápidos son pocos y cuestan, aunque menos que un tanque de gasolina. En un centro comercial, que usa electricidad 220 como la de los hogares españoles, conecté el ID4 por media hora y solo logré cargar 4% de la batería, aunque fue gratis. Si lo hubiera llevado a un cargador Ionity podría cargar 80% en cerca de 15 minutos, pero costaría 17 euros. Un auto con un tanque de 40 litros, repostar 80% costaría hoy 64 euros, dos veces más que en marzo de 2021. En casa, dependiendo del contrato que se haga, puede costar tan solo un euro. No solo es más barato usar un eléctrico, también se encuentran facilidades como circular en el centro o estacionar donde otros no pueden. Para eso hay que pagar el precio de un eléctrico y el más barato, el Cupra Born, cuesta 37 mil euros, mientras un Dacia Sandero sale por 10,400 euros. Esa diferencia no se pagará nunca.

En México el año pasado apenas se vendieron 768 autos eléctricos y esto me hizo recordar el “factor Vocho”, es decir, mientras en Alemania el mercado ya no quiso consumir el célebre Escarabajo en 1974, nosotros solo lo hicimos hasta 2003. Si Alemania piensa en solo eléctricos para 2035, probablemente podemos pensarlo para 2064. Así de triste