¿A dónde pones tus mejores neumáticos?

Todos sabemos que si necesitamos nuevos neumáticos para nuestro auto, lo ideal es cambiar los cuatro.

Sin embargo, muchas veces el presupuesto no nos alcanza y menos en esta época de pandemia, desempleo y precios por las nubes. Otras veces, principalmente en los autos de tracción delantera, que son la gran mayoría, los delanteros están desgastados lo suficiente como para necesitar el cambio y los traseros aún en buen estado, por lo que la lógica nos manda comprar solo un par de nuevas llantas. El detalle es que la mayoría piensa que sería también lógico ponerlas en lugar de las que se desgastan más rápido, es decir, adelante. ¿Cierto? No. De hecho, nada más equivocado.

Se entiende la lógica de los que piensan que los mejores neumáticos deben ir adelante. Con los autos de tracción frontal, las llantas anteriores tienen múltiples funciones, como girar, generar tracción, dar dirección y frenar con mucho más fuerza de lo que hacen las traseras. Además, la mayor parte de los autos tiene más peso adelante, así que si son los de mayor desgaste, como ya comenté. Pero hay dos detalles que hacen que cuando se necesita más agarre, es mejor que éste exista en el eje trasero: la lluvia y las curvas.

Las ranuras de las llantas están diseñadas para que el agua pase por ellas y una parte del neumático mantenga contacto con el piso. Si todas fueran lisas, el contacto sería mayor y por lo tanto habría más agarre, pero con piso mojado patinarían sin control. Por esto, en la vida cotidiana deben tener un dibujo con buena profundidad. En esto probablemente todos estén de acuerdo, pero cuando hablamos de curvas es cuando comenzamos a entender porqué el mejor juego de neumáticos debe ir atrás.

Hay tres formas en las que un auto puede hacer una curva. La primera -y la ideal- es la neutral, cuando se mantiene la trayectoria. Pero es la más difícil de lograr, principalmente a velocidades más elevadas. Las otras son el subviraje, que es es la más común -y más fácil de controlar- y el sobreviraje, que requiere pericia y entrenamiento.

Porque no todos somos pilotos

El subviraje se da cuando pese al giro del volante el auto sigue derecho. La forma de corregirlo es la más natural e intuitiva, por lo que hoy incluso en autos de corte deportivo y tracción trasera, las marcas prefieren ponerlos a punto para que esa sea su reacción cuando entre a una curva más rápido de lo debido. Cuando eso pasa, instintivamente los conductores quitan el pie del acelerador, algunos incluso pisan el freno, lo que transfiere el peso hacia adelante y quita agarre al eje trasero. Si ese agarre se pierde será la trasera que irá hacia afuera de la curva y para salir de esa situación es necesario girar el volante hacia afuera de la curva, incluso acelerar en lugar de frenar. No cualquier piloto es capaz de hacerlo en la medida exacta para evitar un accidente, por eso es mejor que el eje trasero tenga la mayor capacidad de agarre posible.

Sé que es un tema muy controversial, que generará muchos comentarios que buscarán mostrar lo opuesto. Algunos usarán el argumento de que si un neumático “truena” en movimiento es más peligroso que sea uno delantero pero de nuevo, controlar el eje delantero es más fácil. Difícil para muchos será creer en mis palabras, por lo que los invito a buscar por si mismos la respuesta, no en la calle, pero en internet. En las páginas de muchos fabricantes de neumáticos como Good-Year, Kumho y Uniroyal, por ejemplo, hallarán explicaciones para eso. También hay varios videos en YouTube mostrando pruebas de la importancia de contar con mejor agarre en el eje posterior. Aún con ellas, muchos no creen, prefieren aferrarse a los mitos y costumbres de antes, aún cuando está comprobada otra cosa. Pero vamos, si hay quienes creen que la Tierra es plana, pueden creer cualquier cosa.

Desafortunadamente muchos negocios que trabajan con la venta de neumáticos tienen personal mal capacitado, que aún piensa que si se van a cambiar solo dos llantas, las mejores deben ir adelante.

Educar es una tarea interminable, por eso hay que repetir lo dicho aquí una y otra vez y tú, que ya lo sabes, por favor, intenta informar a alguien que aún piensa lo opuesto. La recompensa me parece inmejorable: salvar a una o más vidas